Por primera vez una investigación médica, publicada en la prestigiosa revista Journal Neurophysiology en 2017, ha demostrado científicamente que el cerebro reacciona de forma distinta al cambiar voluntariamente la manera de respirar.  Es decir, que la actividad cerebral cambia cuando pasamos de respirar de forma automática a respirar profundamente y conscientemente. Esto es así debido a que la respiración tiene conexiones directas con distintas partes de la corteza cerebral donde se gesta el pensamiento, la percepción o la imaginación ya que es la zona del cerebro que está implicada en los procesos de aprendizaje, la atención y la memoria.

Este vínculo entre la respiración y la actividad cerebral ya era conocido en el ámbito médico, y aunque tiene una larga historia de aplicación terapéutica, su neurofisiología había permanecido sin explorar hasta ahora.

Cinco investigadores estadounidenses firman un extenso y exhaustivo estudio científico Respirar por encima del tronco cerebral: control volitivo y modulación atencional , donde se recogen las conclusiones de esta investigación.

El estudio diferencia dos tipos básicos de respiración; la respiración que realizamos de forma automática, inconsciente (volitiva), y la que hacemos de manera profunda, consciente, cuando respiramos por ejemplo para intentar tranquilizarnos o para meditar (atencional).

Los autores explican que durante milenios han existido  técnicas terapéuticas que han utilizado el control consciente y la conciencia de la respiración como la meditación, el yoga, etc, de forma empírica, sin una comprensión de los mecanismos neurológicos que intervienen.

Por tanto, el objetivo de estos investigadores ha sido analizar la actividad neuronal y límbica con electrodos implantados en el cerebro de pacientes tratados por epilepsia que no respondían al tratamiento médico y se les pidió que respiraran de una forma u otra.

Con este estudio, los autores han comprobado que la actividad cerebral cambia al respirar inconscientemente o conscientemente, y además que las áreas cerebrales activas también son distintas, demostrando por primera vez, que a través de la respiración se puede trabajar la atención, la memoria o el control emocional. La investigación, además, concluye que es muy importante conocer qué sucede en el cerebro, ya que así se podrá mejorar en un futuro la aplicación de los ejercicios y técnicas que promueven el control de la respiración para trabajar áreas cerebrales específicas que puedan estar dañadas.

En este sentido, este estudio que os presentamos, no hace otra cosa que demostrar las bases científicas de la efectividad de las prácticas internas como la meditación, el yoga, así como el qigong o taichí, que inciden en la atención a la respiración para hacerla más profunda y a la vez más  fina i tranquila, activando áreas específicas del cerebro. Esto permite modular la intensidad de las emociones, serenarnos y ayudarnos a mejorar la capacidad de gestión de la vida diaria y nuestra relación con los demás y con el mundo que nos rodea.

Artículo traducido, resumido y comentado por Ramon Bartolí, Licenciado en Biología, Doctor en Medicina y Cirugía y presidente de Asia Salud.

Bibliografia: Jose L. Herrero, Simon Khuvis, Erin Yeagle, Moran Cerf, and Ashesh D. Mehta. Breathing above the brain stem: volitional control and attentional modulation in humans J Neurophysiol 119: 145–159, 2018

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