Los ejercicios estáticos de Qigong promueven el estado de meditación como Zhan Zhuang, de pie poniendo las manos delante de nosotros con las palmas dirigidas hacia el pecho.

O situando nuestras manos por debajo del ombligo, sobre el Tan Tien inferior.

Ambas posiciones las podemos hacer de pie o sentados dependiendo de nuestro estado físico y comodidad. Y es importante que la  posición de la espalda esté bien alineada, la barbilla recogida y nuestras facciones relajadas.

Son técnicas iniciales a la práctica de Qigong para promover nuestra atención, relajación y almacenar nuestro Qi (energía vital).  La práctica de Qigong es una práctica de atención plena que se da en el movimiento y que requiere concentración, alineación y conexión con la respiración.

Es el momento del aquí y ahora absoluto. No existe pasado ni futuro, solo el presente en cada movimiento , el abandono de nuestro ego  en cada gesto. Si la atención se pierde, se pierde la secuencia, el ritmo y el Qi se dispersa.

La meditación nos ayuda a la práctica de Qigong y es un buen complemento pues practicamos el acto de entrega y a la vez de abandono. De entrega al momento presente a nuestra respiración a nuestro cuerpo y un abandono de nuestras ideas y juicios. Es por eso que decimos que soltamos también nuestro ego, lo observamos porque no podemos evitar que se manifieste pero lo miramos igual que en un espejo.

La respiración es una herramienta maravillosa que nos ayuda a llevar la mente a casa.

La quietud y el movimiento, el Yin y el Yang.

En la quietud observamos el movimiento interno y en el movimiento experimentamos la quietud, la calma. El Yang en el Yin y el Yin en el Yang.